El pasado 16,17 y 18 de Julio del presente año tuve la oportunidad de irme a Un Techo para mi País. Esta fue una experiencia única y especial, porque el punto no era solo ir a construir la casa, sino construir un hogar para una familia en particular y conocer a profundidad a esta familia.
La mamá de nuestra familia se llama "doña Clarita", y en el campamento por momentos tuve la oportunidad de compartir con ella y conocerla, porque se abrió conmigo y me empezó a contar cosas de su vida, la cual cabe la pena mensionar que no es nada sencilla.
Fuera de las buenas cosas que aprendí y la realidad que conocí me puede dar cuenta mucho más de cerca que las personas sencillas son las más humildes.
Desde que llegamos doña Clarita nos recibió muy alegre y nos compraba cosas de comer y para tomar, nos atendió muy bien!
El día le entregamos su casita estaba realmente tan agradecida que le habíamos hecho su casita, porque por el rió había perdido su pequeña chosita.
Ese día también le dejemos nuestros teléfonos y ella nos dijo que le gustaría que la volviéramos a visitar y que se quedaría muy triste que ya nos teníamos que ir.
Hace exactamente dos días recibí una llamada en mi celular, al principio no entendí bien de que se trataba, incluso hasta pensé en colgar, pro después ya reconocí que era doña Clarita que me estaba llamando...
Me preguntó como estaba, y al descubrir que era ella la que me llamaba casi me salen lágrimas de los ojos, nunca pensé que me fuera a llamar. Fue una gran y bonita sorpresa.
Le pregunté también que tal estaba y me dijo que nos extrañaba y que cuándo la llegábamos a visitar que nos estaban esperando.
Esta llamada tan especial me hizo pensar, las personas humildes en serio si son agradecidas y mucho más que las personas que tenemos más posibilidades que muchas veces ni agradecemos todo lo que tenemos.
La mamá de nuestra familia se llama "doña Clarita", y en el campamento por momentos tuve la oportunidad de compartir con ella y conocerla, porque se abrió conmigo y me empezó a contar cosas de su vida, la cual cabe la pena mensionar que no es nada sencilla.
Fuera de las buenas cosas que aprendí y la realidad que conocí me puede dar cuenta mucho más de cerca que las personas sencillas son las más humildes.
Desde que llegamos doña Clarita nos recibió muy alegre y nos compraba cosas de comer y para tomar, nos atendió muy bien!
El día le entregamos su casita estaba realmente tan agradecida que le habíamos hecho su casita, porque por el rió había perdido su pequeña chosita.
Ese día también le dejemos nuestros teléfonos y ella nos dijo que le gustaría que la volviéramos a visitar y que se quedaría muy triste que ya nos teníamos que ir.
Hace exactamente dos días recibí una llamada en mi celular, al principio no entendí bien de que se trataba, incluso hasta pensé en colgar, pro después ya reconocí que era doña Clarita que me estaba llamando...
Me preguntó como estaba, y al descubrir que era ella la que me llamaba casi me salen lágrimas de los ojos, nunca pensé que me fuera a llamar. Fue una gran y bonita sorpresa.
Le pregunté también que tal estaba y me dijo que nos extrañaba y que cuándo la llegábamos a visitar que nos estaban esperando.
Esta llamada tan especial me hizo pensar, las personas humildes en serio si son agradecidas y mucho más que las personas que tenemos más posibilidades que muchas veces ni agradecemos todo lo que tenemos.
