domingo, 20 de septiembre de 2009

soy chapina

Nací en un mes de flores en la tierra del maíz y los tortrix. Los primeros recuerdos que tengo de muy chiquita: para el 12 de diciembre vestirme con traje típico (el mío era particularmente de San Pedro porque mis bis abuelitos son de ahí) para honorar a la Virgencita de Guadalupe. Otro recuerdo: era cuando íbamos con mi familia a “Las Américas “a dar vueltas en los ponis y bellas carrozas. Mis padres me inculcaron ir a misa todos los domingos y luego almorzar un caldito de res con aguacate, limoncito, tortillas y arroz en familia escuchando la melodiosa marimba.
Para noche buena el delicioso tamal acompañado de francés y poche de frutas. Escuchar misa, regresar a quemar cuetes (desde estrellitas hasta juegos de luces campero). Esperar a las 12 para orar en familia para luego abrazarnos y repartir y abrir regalos.

Nací en un país bendito de fauna que lamentablemente la gente no sabe valorar. A pesar que estamos en el siglo XXI, los chapines seguimos siendo noveleros y shutes (ya que cuando hay accidentes se hacen grandes trabazones y es porque toda la mara quiere ver que es lo que pasó y si hay algún muerto). Nos encantan los chismes, ya que muchas veces divulgamos rumores aunque no sepamos si son ciertos o no y corren rápido ya que luego todos ya saben que pasó con quien.

Tenemos la fama de llevar siempre tarde, por eso es que en la reuniones o incluso bodas escriben en las invitaciones el horario media hora antes para llegar a la hora correcta. El día que más tarde nos dormimos es el domingo (porque como dejamos para el último día las cosas, el viernes y sábado la pasamos celebrando y en la calle y el domingo en la noche nos acordamos que el lunes tenemos clases), por lo que el lunes nos levantamos corriendo para no llevar tan tarde al trabajo, colegio, universidad.

Para semana santa la capital se queda casi vacía ya que toda la gente se va al puerto o a antigua (en la cual ni caminar se puedo de lo llena que está). Los pocos que se quedan van a zona uno para ver las solemnes procesiones. Y en Octubre ir a la Iglesia de Santo Domingo a ver a la Virgencita, pero claro también comer buñuelos, elotes locos, torrejas y tomar arroz en leche o atol de elote.

Tenemos una manera de hablar muy particular, ya que no decimos que alguien es malo, sino que es mala onda; borramos por completo las d de las palabras cuando van de último por ejemplo: verda, o incluso va “si va vos”; puchis (usualmente para alegar), alagran; muchá, chavo, chava; pilas; feriado (cuando hay asuetos, siempre decimos que es un feriado, aunque realmente la única feria aquí es la del 15 de agosto). Empleamos un tu, pero muy voseado: “te acordás cuando fuimos con aquel a la fiesta de 15.

Inventamos cualquier excusa para celebrar con churrasco, echarse algunas “chelas”, y juntase con los cuates. Para ver algún partido (especialmente cuando Guatemala estuvo a punto de ir al Mundial, todos los chapines nos unimos para apoyar a “la sele”). Cuando Carlos Peña (a quien se le olvidó que es de aquí) todos mandamos muchos mensajitos para poner el nombre de Guate en alto, y cuando ganó muchos fueron a dar vueltas por el Obelisco para celebrarlo. Para celebrar cumpleaños e inventar cumpleaños solo para pasar un rato alegre.

A pesar que hay personas que les suceden muchas de las cosas antes nombradas, no todas aceptan ser chapines ni se identifican con un país tan grande como Guatemala. Pero cuando uno se va de viaje, realmente extraño todo desde la gente hasta la comida. Yo tuve la oportunidad de irme a los estados por 4 meses y a pesar que 3 meses estuve con mis tíos me hizo falta mi familia, mis amigos y toda mi gente. Y con la comida al principio era normal y no tenía ningún tipo de problema, pero luego de unas semanas extrañaba increíblemente las tortillas, los aguacates, pan de manteca. Luego de regresar a de mi viaje, al ver a mi familia y unos cuantos amigos en el aeropuerto tengo que admitir que lloré pura magdalena, como si hubiera pasado años sin verlos, ya que finalmente estaba en mi hogar.

Hay veces que los guatemalteco no nos sentimos identificados con nuestra patria y nuestra gente, pero luego de pasar unos meses fuera de casa se extraña todo, y al escuchar a los lejos la melodiosa marimba las lagrimas empiezan a correr.

viernes, 4 de septiembre de 2009

eres tan frio,
tus besos están llenos de veneno
tu corazón es hostil
seco las lágrimas de mi rostro, estas que nunca viste y nunca podrás ver
de repente quedo profundamente dormida
y sueño que me quieres,
sueño que me necesitas
sueño que sientes algo real por mi
te abrazo
te beso
y con una sonrisa escondida me dicen que me amas
sueño que no hay nadie más
sueño que soy la única para ti
sueño que te quedas
sueño que nunca te vas
te sueño mio y solo conmigo
me duele realmente me duele,
y lloro, por algo vano
dije que nunca me iba a enamorar de ti
que no te iba a querer, pero muy en el fondo esto es lo que siento

una lágrima cae en mi rostro, mis ojos la dejan caer
por el luto que me causas
en serio te quiero

pero que cansé que hagas de mí cuanto quieras
siempre supe que no valías la pena,
pero la calentura le ganó a mi corazón y mis pensamientos